"Ir en coche al centro de la ciudad es estúpido, la bicicleta es más rápida y barata"

Sebastian Buhrmann, autor de un estudio sobre bicicletas públicas financiado por la Unión Europea, asegura que con voluntad política España podría llegar a niveles de uso cercanos a los de Holanda y relativiza los problemas por las pendientes en Madrid

J. Albarrán Bugié Barcelona | hace 13 horas | comentarios | +20 -1 (21 votos)

Sebastian Bührmann, estudioso de los sistemas de bicicleta pública en Europa.


Sebastian Bührmann, estudioso de los sistemas de bicicleta pública en Europa. J. A. B. Barcelona



















Sebastian Buhrmann es uno de los mayores especialistas de Europa en bicicleta pública. Entre los años 2005 y 2007 redactó para la Unión Europea, dentro del proyecto Niches de investigación sobre nuevas formas de transporte, un informe (completo, en inglés y en formato pdf, aquí) sobre esta innovadora forma de moverse por las ciudades. Esta semana ha participado en las Primeras Jornadas Técnicas de la Bicicleta Pública, celebradas en Barcelona.

-¿Cómo nació la idea de la bicicleta pública?

-Empezó en 1968 en Amsterdam, con el movimiento de un grupo de artistas que querían convertir la calle en su espacio de acción contra los burgueses. Pintaron totalmente de blanco bicicletas normales y las pusieron en la ciudad, para que todos pudieran cogerlas y después dejarlas en otro lugares.

-Un poco hippie...

-El primer día la policía confiscó las primeras 50 bicicletas y después también había robos, así que no funcionó. Aunque ésa fue la primera idea, el movimiento de la bicicleta pública empezó realmente en 1995 en Copenhagen, con un sistema de bicis que funciona con una moneda, como el carrito del supermercado. Es exitoso y todavía funciona, pero tiene problemas de robo porque no se sabe quién coge la bici. El primer programa a gran escala que funcionó fue en Rennes en 1998. Aunque es sencillo, se trata de un sistema automatizado con tarjetas eléctronicas. Este sistema fue el primero de la generación de servicios como el de Barcelona. Después, durante el hype de las nuevas tecnologías se funda en Múnich una empresa que ofrecía bicicletas que se podían alquilar con el teléfono móvil. Pero el auténtico boom empezó con Lyon en 2005 y ahora con París, que tiene más de 20.000 bicicletas y de 400 puntos de estacionamiento.

-¿Los sistemas automatizados son los que han permitido el auge de la bicicleta pública?

-Sí, porque si se tarda 10 minutos en sacar la bici ya no es un sistema rápido y flexible. Para esto también podrías coger el tranvía. La tecnología es muy importante porque permite que el sistema funcione rápido.

-¿A qué se debe esta moda tan fuerte?

-Francia y España son los mercados más dinámicos y creo que hay dos motivos para esta moda: el impacto que tuvo el éxito de Lyon y que los problemas en el transporte urbano crecen y crecen. Hay que buscar soluciones para cambiar nuestra movilidad y creo que la bici puede contribuir de forma importante. No es la solución a todos los problemas, pero en el centro de las ciudades sí puede ser parte de la solución: es limpia, es flexible y es práctica si hay la infraestructura.

-¿España podría convertirse en una nueva Holanda?

-Depende de ustedes. Holanda es plana y tiene una gran tradición de la bicicleta, pero aquí hace mejor clima para ir en bicicleta. Si se tiene la infraestructura y todo lo que la hace práctica y rápida, pueden llegar a un nivel muy bueno. Depende de la ciudad, de los políticos y las instituciones, de las prioridades que se pongan: en qué tipo de ciudad quiere vivir la gente y qué hace el gobierno para hacerlo realidad.

-Hasta ahora las ciudades se han construido para los coches.

-El coche seguirá siendo el medio de transporte más importante en el futuro, pero yo creo que las bicis públicas pueden ayudar a cambiar la movilidad. Suiza es un país muy avanzado en temas de movilidad y la gente sigue comprando coches, pero no los usan para todo. Antes de hacer un trayecto piensan qué es lo que más les conviene: el coche, el tren, la bici... Para ir al centro de la ciudad es estúpido usar el coche: hay embotellamiento y hay que pagar estacionamiento. Mejor usar la bici: no cuesta nada, y no hay embotellamientos. Y si llueve, tal vez mejor coger el tramvía. Lo importante es que haya una nueva cultura de la movilidad que permita escoger entre distintas opciones y con las bicicletas públicas hay más alternativas.

-En Madrid hay pendientes importantes. ¿Se puede hacer frente a ésto?

-No se puede negar que es un problema para el ciclista. Creo que en el futuro se verán más bicicletas eléctricas. En los países asiáticos ya se ven mucho y ayudan mucho en las subidas. Son sistemas que ya están madurando y que tal vez un día se usen como bicicletas públicas. Aunque los montes son montes y no todo el mundo es deportista, también hay mucha gente que se lamenta de que su ciudad está en las montañas y en realidad no se ha fijado en que la mayor parte no está inclinada. Lo primero es preguntarse si de verdad hay tanta inclinación.

-¿Ir en bici puede ser más rápido que en metro o en autobús?

-En mi país, en Alemania, hay muchos embotellamientos en los centros urbanos y las bicis van más rápidas que los coches. También son más rápidas que el transporte público porque no hay tiempos de espera. Hay muchos sitios donde sí es el transporte más rápido.

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