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La Jefatura Provincial de Tráfico ha atendido el recurso presentado por el conductor de ambulancias Ángel Fernández Soto, residente en la ciudad de Cangas de Onís, dejando sin efecto la sanción económica que le impuso el 18 de septiembre de 2006, además de restituirle los seis puntos de penalización en el carné con los que había sido castigado por un exceso de velocidad cuando atendía una urgencia, a través del servicio 112, entre Cangas de Onís y Arriondas (Parres).

El profesional del servicio de transporte sanitario tuvo retirado durante un mes el preceptivo permiso de conducción, hasta que LA NUEVA ESPAÑA se hizo eco de su situación. Anteayer le fue comunicada, mediante una notificación por correo certificado, la aceptación del recurso que había interpuesto y el consiguiente archivo del expediente sancionador, quedando a la espera de la devolución del importe de la infracción (418 euros), que se vio obligado a ingresar en su momento en la Agencia Tributaria.

Ángel Fernández Soto, motejado cariñosamente en el mundo de la pesca fluvial como «Canalón», fue «cazado» por un radar móvil de la Agrupación de Tráfico en el punto kilométrico 157,5 de la carretera N-625 (León-Santander, por Cangas de Onís), en las inmediaciones de la rotonda que da acceso al parador de turismo Monasterio de San Pedro de Villanueva, cuando circulaba a 91 kilómetros por hora en un tramo de velocidad limitada a 50.

En aquel instante Ángel Fernández conducía la ambulancia con la que estaba prestando servicios ese día, llevando prendida la luz rotativa e incluso la sirena del vehículo sanitario, ya que se dirigía desde la ciudad canguesa hacia la villa de Arriondas para atender una urgencia activada por el servicio de emergencias 112.

La sanción no le fue comunicada hasta el pasado mes de noviembre, más de un año después de los hechos, cuando Ángel Fernández recibió una notificación de la Agencia Tributaria.