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El Departamento de Interior puso en marcha el fin de semana pasado los tests de drogas a conductores sin disponer de las máquinas necesarias para realizar los análisis definitivos de sustancias estupefacientes. La consejería dirigida por Javier Balza afirmó que las pruebas, una vez recogidas las muestras que hubieran dado positivo en los controles, serían verificadas por la Policía Científica, pero esta unidad carece de los aparatos -cromatógrafos- capaces de determinar la droga detectada y la cantidad. Según aseguró ayer el departamento, estos análisis serán encomendados a la UPV o a laboratorios privados.

La falta de tecnología para llevar a cabo este segundo examen afecta a la parte más sensible de todo el sistema, ya que sus resultados son los que, en su caso, tienen valor como prueba de cargo para tramitar una sanción contra un conductor que haya dado positivo. Según la descripción del director de Tráfico, Andoni Arriola, los agentes toman una primera muestra de saliva sobre la que se practica un análisis inmediato con un carácter «orientativo», ya que «no sirve como prueba». Si este paso arroja indicios de consumo, los ertzainas recogen más saliva. Ésta es la que deben estudiar en un laboratorio especial y la que tiene validez para tramitar una sanción, al ser el examen absolutamente fiable. La multa prevista por Interior es de 600 euros y seis puntos del carné.

La consejería aseguró el pasado viernes que de esta segunda parte del procedimiento se encargaría la Policía Científica, pero los dos cromatógrafos con que cuenta esta sección no están preparados para este trabajo. Las fuentes consultadas han señalado que desde hace siete años la Ertzaintza no practica análisis de droga, sino que los indicios de este tipo que se obtienen en cualquier incidencia son enviados al Instituto Nacional de Toxicología. La intención del departamento es desarrollar esta función en las propias sedes de la Ertzaintza, pero actualmente el material de que dispone no está en las condiciones óptimas para dicha tarea.

«Sorpresa»

Las mismas fuentes de la Ertzaintza han mostrado su sorpresa por la decisión de Interior de iniciar los tests de consumo de estupefacientes a conductores y han destacado que muchos mandos de la Policía Científica «se enteraron por la prensa» de dicha iniciativa. El pasado mes de julio, el director de Tráfico, Andoni Arriola, había explicado que la Ertzaintza no estaría en disposición de introducir esta novedad en las carreteras vascas hasta 2009; antes necesitaba «demostrar que los medidores de droga son fiables y están homologados». Arriola reconocía en esa fechas que la Policía vasca tendría que «tomarse su tiempo», ya que se trata de «un tema complicado».

A raíz de estas declaraciones el PP pidió explicaciones a Balza, que corroboró que hasta dentro de dos años no serían posibles los controles antidroga. Los populares presentaron una proposición no de ley en el Parlamento vasco, fechada el 6 de noviembre y que aún no se ha discutido en el pleno, en la que se recordaba que la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra pusieron en marcha este procedimiento hace ya tiempo, y se instaba a Interior a que lo hiciera también en el plazo de tres meses. Al iniciar la noche del sábado pasado la campaña, el departamento se ha adelantado al de- bate en la Cámara.

El balance del primer fin de semana con controles antidroga no puede ser más sorprendente. De los 58 automovilistas que se sometieron al 'narcotest', 16 habían consumido alguna sustancia ilegal en las últimas horas. Es decir, nada menos que el 27% de los conductores.