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La Concejalía de Festejos apuesta este año por articular unas fiestas «más solidarias y tradicionales»

«Empezar a poner las bombillas es como empezar a comerse el turrón». Antonio Iglesias suelta esta frase a varios metros de altura, subido a una grúa desde la que coloca, junto a Julio Conejero, una ristra de bombillas en la frondosa copa de un pino del parque de Calvo Sotelo. Llevan cuatro horas para acicalar este árbol que, en un par de semanas, se convertirá en adorno urbano de Navidad, el símbolo de esta celebración occidental masiva.

Cáceres se prepara para la explosión navideña, aunque este año parece que los responsables municipales quieren que rija una actitud más moderada que en los últimos tiempos. Y la medida parece ser tendencia, porque en muchas otras ciudades de España se va a retrasar el 'click' oficial de estas luminarias. Tal vez por los insistentes mensajes sobre el cambio climático el Ayuntamiento ha decidido limitar el gasto en iluminación y el encendido oficial de bombillas se hará el viernes día 15, una semana después de lo que suele ser habitual. «Lo normal solía ser que las luces se encendieran en los días del puente de la Constitución, aunque en 2006, año preelectoral, el alcalde decidió encenderlas el día 2, y la factura fue muy alta», señala María José Casado, edil de Festejos. En 2007 serán, en total, 23 días, hasta el 6 de enero, los que permanecerá encendido este manto luminoso.

Racionalizar

«Hay que racionalizar la energía. Es una contradicción que se intente sensibilizar sobre el consumo moderado y después se derroche innecesariamente», sostiene Casado. Navidad sin despilfarro, ésa parece ser la clave del nuevo equipo de gobierno municipal. En esa línea de ahorro se emplearán luces de bajo consumo. El año pasado ya se inició esta forma de ornamentación en calles como San Antón. Tupidas estrellas o medias lunas con un diseño discreto y moderno. Se trata de estructuras de un material parecido al esparto en el que las bombillas, más pequeñas, hacen un efecto multiplicador. Parece ser que este formato va a predominar en los adornos de este año. «Es una decoración bonita, que no es ostentosa».

Sin dar cifras sobre el número de luces -el año pasado se emplearon 250.000- ni el presupuesto total, lo que sí apunta María José Casado es que este año se renovará tanto el aspecto ornamental como el enfoque general. «Queremos que sean unas fiestas solidarias y más tradicionales». Una mirada más entrañable y menos consumista. El programa total de las actividades navideñas se presentará el próximo día 4 de diciembre. De momento, se sabe que no habrá pista de hielo, que habrá música callejera a cargo de alumnos y profesores del Conservatorio y poco más.

Mientras tanto, operarios del Ayuntamiento y de una empresa adjudicataria van dando toques navideños a las calles. A toda la ciudad, aunque sobre todo al centro, que es por donde transita la mayor parte de la gente que realiza sus compras durante esta época. Antonio y Julio colocan las gordas bombillas de colores de toda la vida sobre las ramas de los árboles de Cánovas, porque ahí no hay bajo consumo. Ellos llevan muchos años aplicándose a fondo en estas tareas, que les elevan por los aires durante semanas enteras. Hay miles de lucecitas que se tratan con mimo, que se comprueban y se reponen para que la Navidad brille convenientemente, aunque sea, como este año, de una forma más austera.