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Cuando parecía que el hedor insoportable de la basura acumulada en Nápoles iba a asfixiar a sus ciudadanos, un empresario "filántropo" dio con la solución: llevarse los residuos a Paraguay. ¿Para qué...?

(EFE)

La región de Campania, en el sur de Italia ha vivido una situación de alerta sanitaria.

Pues para dar trabajo a cerca de 10.000 paraguayos, según el autor de la idea, Francesco Avella. Al parecer, el empresario es dueño de una compañía, Avella SRL, que se ha ofrecido para trasladar entre 6.000 y 9.000 toneladas de la dichosa basura al país latinoamericano.

Todo está bien planeado. Los residuos se enviarían en unos 200 o 300 contenedores y los deshechos retirados se cotizarían a 275 euros la tonelada. Pero el dinero que le cueste la operación al estado italiano no es lo importante, cree Avella, "lo importante es que se trata de una obra benéfica".

Porque el estudiado plan ha incluido en sus operaciones a una fundación llamada Jajohaihupa Ñandereta, a la que el propio Avella pertenece desde hace tiempo. Su misión sería repartir la basura a pueblos que se encarguen de recuperar los materiales reciclables y residuos orgánicos para fertilizar las tierras, de tal forma que "todos ganarían".

En Paraguay se han quedado atónitos

Hasta aquí todo bien. La cuestión es que la noticia ha sido acogida con recelo en Paraguay. 'Abc', uno de los principales diarios paraguayos, titula en su información digital: "Quieren traernos la basura napolitana".

El mismo periódico sostiene que no se han podido identificar en ningún registro del país, ni la empresa, ni la ONG a las que se refiere Avello. Vamos, que jamás han oído hablar ni de Avella SRL, ni de Jajohaihupa Ñandereta. Por otro lado, la información señala que Paraguay no posee la infraestructura para "procesar desechos a gran escala, con criterios ambientales óptimos, mucho menos para su reciclaje adecuado".

Las autoridades confirman estas sospechas. Fuentes de la Secretaría del Ambiente de Paraguay (SEAM) aseguran que no tienen conocimiento del proyecto del empresario italiano. "La SEAM no recibió ningún proyecto ni petición alguna sobre el envío de residuos y sería una violación a las leyes la aprobación de los mismos", señalan dichas fuentes, que tratan ahora de ratificar la existencia de la empresa y la fundación.