Los libros de fotos también son libros

Siempre me han gustado los libros de fotografía. Quiero decir los buenos libros de fotografía, los que combinan buenas fotos con un buen diseño gráfico. Son muchas veces los mejores soportes para ver el trabajo de los fotógrafos, no sólo por que te los llevas a casa, lo que te permite verlos con tiempo y con detenimiento y además repetir la experiencia tantas veces como quieras, sino porque es en estos libros donde los fotógrafos muestran sus trabajos con toda su potencia y donde mejor se pueden entender las ideas y las afirmaciones del autor. Así que aprovecho este 23 de abril para recomendar tres tremendos y nada tristes libros, los tres son de autores españoles y se han editado en estos tres últimos años. Los tres han sido para mí fuente de inspiración y de disfrute. Les prometo que no se arrepentirán.

Cementerio. Salé ©Alfredo Cáliz.

Alfredo Cáliz se ha pasado 10 años bajando al moro. El resultado es 'Inshalláh'. Un libro magnífico en el que se puede aprender tanto sobre Marruecos como cuando se lee a Chukri o a Goytisolo. Es un libro fuera de serie, pero en todos los sentidos, es decir, no lo busquen estos días en los puestos de la Gran Vía o de las Ramblas de Barcelona, ni siquiera en librerías especializadas. El libro de Alfredo Cáliz, no se puede comprar en casi ningún sitio. Inténtenlo a través del editor: La Fundación Tres Culturas. Muchas veces ocurre esto con los libros editados por instituciones. Se convierten en pasto de regalo institucional y como además han sido producidos gracias a subvenciones, no se hace ningún esfuerzo por parte de los editores para distribuir correctamente el libro, ya que no hay un interés real en recuperar la inversión. Se convierte así el libro en un trofeo que la institución guarda en una vitrina y exhibe cuando le conviene justificar algo.

Ricky Dávila tardó dos años en hacer las fotografías de su libro 'Manila' y casi más tiempo en buscar un editor o una institución que se lo editara. Al final acabó editándolo él mismo. Y el libro demuestra, como él siempre dice, que "Nadie lo va a hacer mejor que tú". Las fotografías son de una calidad excepcional y la edición es exquisita. No en vano recibió el premio PhotoEspaña al libro mejor editado de 2005 (aunque ellos tampoco quisieran editarlo).

Omar. Rabat ©Alfredo Cáliz.

Quizás lo único que demuestra todo esto es que los libros de fotografía nunca fueron un buen negocio, y sin embargo les diré que prueben a comprar cualquiera de estos libro y no sólo conocerán mundo sino que, además, las emociones que provocan no se quedan cortas en comparación con muchas de las grandes obras de la literatura.

Y en este terreno de las emociones va mi tercera recomendación: 'Pan, vino y azúcar', del fotógrafo murciano Juan de la Cruz Megías. Dice Juan que fotografió 'Pan, vino y azúcar' cuando no sabía hacer fotos. La verdad, que ni falta que le hizo. El libro emociona. Es un retrato íntimo de su infancia y su juventud en Murcia que se convierte en una crónica tierna y autentica de la España de los 70 y 80.

Los que tuvieran la suerte de ver su anterior libro 'Vivan los novios', sepan que este último tampoco les defraudará. No conozco a Juan de la Cruz, pero sin duda es un tipo que básicamente se cree lo que hace. Un hombre que reivindica absolutamente la dignidad del pueblo llano. Que ve con nobleza y respeto que una mujer se retrate el día de su boda junto a su lavadora. Lo que para la clase alta de la sociedad española sería una auténtica horterada, para Juan de la Cruz es, simplemente, sinónimo de dignidad.

Ya saben, como dijo un crítico americano... Si tienen ustedes dos pares de pantalones, vendan uno y cómprense cualquiera de estos tres libros.

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