BERLÍN (ALEMANIA).- Desde hace ya casi 18 años, el centro cultural Tacheles lleva formando parte de la vida cultural de Berlín y ofreciendo a todo artista que así lo desee un lugar donde desarrollar su arte. Está ubicado en un edificio en ruinas en el barrio de Mitte, en la famosa calle Oranienburger, en la parte Este de la ciudad, donde antiguamente se encontraba el barrio judío.
Almudena de Cabo Tejerina
El Tacheles es un símbolo de la cultura alternativa.
Aunque en un principio el gobierno pensó en demolerlo tras la caída del muro, debido sobre todo al estado en el que se encontraba el edificio tras los bombardeos de la II Guerra Mundial, un colectivo de jóvenes artistas procedentes de todo el mundo se les adelantaron y ocuparon el edificio con fines culturales. Poco después el edificio se declaró monumento histórico por su característica estructura de metal y el gobierno decidió dejar que se quedaran allí, concediéndoles incluso, con el paso del tiempo, una serie de subsidios anuales para ayudar a financiar parte de los numerosos proyectos que en él se llevan a cabo.
Pero para entender esta acción de ocupar un edificio deshabitado con fines culturales alternativos, hay que comprender que tras la caída del muro de Berlín, se originó sobre todo en los barrios del Este de Berlín (Mitte, Prenzlauer Berg y Friedrichschain), una subcultura que tenía como filosofía principal la autonomía, la espontaneidad y la improvisación. Artistas de todo el mundo ocuparon la multitud de espacios libres disponibles para desarrollar un estilo de vida y de creación artística alternativa.
La gente de Berlín vio bien que los edificios que habían quedado totalmente vacíos tras la caída del muro, debido sobre todo al fuerte movimiento migratorio de la gente del este al oeste, se ocuparan por gente que les iba a dar un uso, en vez de dejar que se derrumbaran con el paso del tiempo. Además, la administración pública de Berlín en ese momento no contaba con los medios económicos necesarios para llevar a cabo ninguna rehabilitación de edificios. De hecho, ofrecía los edificios por un alquiler simbólico, fijo durante muchos años, con la única condición de que lo mantuvieran en buenas condiciones e hicieran las rehabilitaciones necesarias.
En el caso del centro cultural Tacheles, desde sus comienzos se convirtió en el punto de reunión de numerosos artistas y centro de influencias culturales alternativas. En sus cinco plantas se puede encontrar de todo, desde numerosos talleres de artistas donde se puede entrar libremente a charlar con ellos para contemplar su arte, hasta un bar-terraza en la última planta donde tomarte una cervecita mientras contemplas las vistas que tienes desde lo alto del edificio.
Mactiste Flickr
El Tacheles es un símbolo de la cultura alternativa.
El Tacheles también cuenta con un cine donde los espectadores se sientan en grandes butacas de sofá rojas, y donde muchas veces puedes llegar a olvidar dónde estás y pensar que estás en el sofá de tu casa si no fuera por la enorme pantalla de cine que tienes enfrente. El cine cuenta también con un bar donde tomarte algo al lado de un gran ventanal desde el que se contempla el enorme patio del Tacheles.
Pero lo mejor, sin duda, es su atmósfera, sobre todo, cuando llega el buen tiempo y el patio trasero del edificio se llena de terracitas alternativas donde tomarte algo, muchas veces acompañado de algún grupo de música que quiere darse a conocer o simplemente compartir su pasión por la música. Es sin ninguna duda, uno de los centros culturales más emblemáticos de Berlín, denominado por algunos como 'la casa okupa-turística' debido a la gran afluencia de turistas que acuden cada día a verlo.
Pero el Tacheles tiene sus días contados. Y es que el centro okupa de arte alternativo corre el peligro de ser derrumbado para construir en ese terreno algo mucho más lucrativo. El fondo de inversiones Fundus de Colonia, propietaria del edificio, ya ha dejado claro que no piensa renovar el contrato de alquiler que se le impuso cuando compró el edificio hace ya 18 años y por el cual tuvo que aceptar que los artistas siguieran ocupando el edificio por un alquiler mensual simbólico de un marco (50 céntimos de euro). El contrato finaliza a finales de diciembre y si no consiguen dar con una alternativa que satisfaga a todos, el Kunsthaus Tacheles pasará a convertirse en un hotel de cinco estrellas y la ciudad perderá uno de sus centros más emblemáticos símbolo de todo el movimiento cultural que surgió tras la caída del muro.